Datos básicos para un buen cultivo


Antes de nada hay que pensar, ¿Qué será más conveniente para nosotros, empezar un “un Cultivo de Exterior” o un “Cultivo de Interior”? Hay sólo un factor que diferenciará entre las dos formas básicas de cultivo y, que serán determinantes. En exterior, al tratarse de una planta anual, necesitará ser plantada en primavera; si decidimos cultivar en interior, este factor no tendrá relevancia. Esto es a consecuencia de las horas de luz (los fotoperiodos), que las plantas necesitarán en cada estadio de su crecimiento y que será aportada por nosotros.



Riegos

No te excedas en los riegos, espera que la última capa superior de tierra se seque, puedes introducir el dedo en la tierra para saber cuándo regar. 
No hay que dejar secar las macetas totalmente.
 Vigila que tenga buen drenajeEs bueno pulverizar las plantas con agua (mejor destilada) cada día, siempre después de que baje el sol o, cuando se apaguen las luces del Interior.
Temperatura

Se suele creer que cuanto más calor mejor, pero tampoco es cierto, ya que un exceso de calor a partir de 30 grados más o menos- agobia a la planta y la deja aplatanada. Temperatura estable a 20ºC puede ser ideal. A esta temperatura de 20°C, (+/- 1º), se pueden germinar todas las variedades de cannabis. 

Si cultivas en maceta y has comprado tierra rica en nutrientes no hace falta abonar, o hacerlo muy moderadamente ya que el cultivador novato suele quemar la planta por exceso de abono, pero deberás cambiar la tierra cada año.

Si cultivas en el campo, lo mejor, si se puede, es encontrar un terreno que se emplee también para otro tipo de cultivos ya que el cáñamo crece mejor en rotación con otros cultivos como el grano, las judías o los guisantes, que suponen una importante reenergetización del terreno. Si el terreno no está seriamente agotado, el siguiente método funciona bastante bien: Al principio del otoño se labra el pedazo de tierra elegido y se le cubre con una leve capa de estiércol, y se plantan a continuación las judías u otras leguminosas; al cabo de dos o tres semanas se da la vuelta a la tierra dejando enterrados los tallos y se vuelve a aplanar la tierra pisando la superficie con botas pesadas o pasando un rulo; luego se deja reposar la tierra durante todo el invierno. Al principio de la primavera se escarda el terreno, se cubre con un fertilizante orgánico como el estiércol y ya está listo para plantar.

Transplante

En general, ya hemos dicho en el primer punto que se suele plantar en un lugar provisional para la germinación, como por ejemplo y para ello nada mejor que un vaso de papel que permita a la raíz crecer al menos unos 2,5 cm. en profundidad, ya que será muy fácil cortar el vaso y extraer la tierra como un bloque compacto.

Durante el trasplante las plantas quedan notablemente expuestas a una serie de riesgos, así que habrá que tomar algunas precauciones:

La primera hacerlo en un día nublado o al caer la tarde de forma que las raíces no se vean muy expuestas a la luz. se procurará que el nuevo terreno sea lo más parecido al anterior; se saca la planta delicadamente con la tierra como un bloque compacto y se coloca en un agujero previamente practicado en el nuevo terreno recipiente, sea el suelo o la maceta. se procurará también no tocar el tallo, sosteniéndolo lo más cerca posible del nivel de tierra, y sin tocar nunca las raicillas ni las hojas. al depositar el bloque de tierra en el agujero se procurará enfocar la planta hacia la luz para no obligarla a un brusco movimiento fototrópico -de búsqueda de luz- que podría perjudicar el arraigamiento. el agujero debe ser lo bastante profundo como para permitir a la joven raíz extenderse en toda su longitud, pues seguramente habrá quedado algo comprimida en su lugar provisional. el terreno se reordenará de forma que el tallo quede a la misma altura del suelo que tenia anteriormente; acumular demasiada tierra alrededor del tallo puede ser peligroso. regar al finalizar la operación, a fin de facilitar la adaptación al nuevo terreno.


Cuándo cosechar
  

Existe la creencia de que cuando más tiempo estén las plantas en el suelo mejor, hasta antes de que lleguen las primeras heladas, las cuales se cargarían la planta. Nada más lejos de la realidad; la planta de marihuana tiene su ciclo igual que todas las plantas, sean cerezos, perales, o cualquier otra. Llega un momento en que los cogollos están maduros y si no se cortan y se dejan más semanas a la intemperie se volverán rancios y perderán el buen gusto al ser fumados.
Secando, curando y almacenando 
 Una vez cortada la planta, empezará el proceso de secado.
La planta en su etapa final habrá desarrollado la resina, en ella, se encuentran los, entre mucho otros componentes cannabinoides(THC,CBD,CBN,etc) terpenos y sesquiterpenos(resinas), y un largo de componentes que serán las claves del éxito para obtener un buen producto final.



Con un buen secado, curado y posterior almacenado, entrarán una serie de reacciones que harán que los cogollos de la marihuana mantengan una serie de cualidades, como puedan ser: una potenciación de su aroma, sabor, y también su psicoactividad…

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